Una niña mira por la ventana del vagón pensando la forma de llamar la atención de su padre. Este, ya no puede más, el cansancio se apodera de sus párpados y cesan. En su pequeña mano, un bocadillo envuelto en papel de plata. Brillante como sus ojos que desprenden niñez e inocencia.
Y ahí recuerdo aquellos tiempos de infancia, en los que la única preocupación era cuestionarme qué dibujaría para después pintarlo con colores de madera. Y las excursiones en que mi madre me preparaba el bocadillo y ponía sobre este la etiqueta del ingrediente estrella.
Mamá, papá, qué tiempos aquellos...
domingo, 19 de marzo de 2017
Aquellos tiempos
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